English/Spanish New START Op-ed in Dos Mundos

This op-ed originally appeared in Dos Mundos, a bilingual newspaper in Kansas City, on October 13.

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Spanish Version

On Nukes, Start Anew with New START

By Avis Bohlen and Daryl G. Kimball

Last week, a Senate panel approved a treaty that could define our country's nuclear security for the next decade. They were right to do so -- and the full Senate must affirm their judgment when they consider the agreement this fall.

The measure under consideration - the New Strategic Arms Reduction Treaty (New START) - was signed by President Obama and Russian President Medvedev in April. But it won't go into effect until the Senate grants its consent.

Under the terms of New START, the United States and Russia would scale back their nuclear weapons arsenals. The treaty would also strengthen America's position in the global fight against nuclear proliferation.

New START mandates that Washington and Moscow cut their deployed strategic nuclear arsenals by 30 percent below current limits, from about 2,200 warheads each to no more than 1,550. It also requires both countries to reduce their stock of nuclear-armed long-range missiles and bombers to 700 each. To make sure both countries comply, New START reestablishes a verification system that includes data exchanges and 18 multipurpose, on-site inspections annually.

New START's predecessor, START I, expired eight months ago. Since then, there haven't been any American nuclear inspections in Russia. Existing intelligence operations provide a rough picture of Russia's nuclear forces. But they can't provide crucial information - like the number of warheads inside a given missile -- that on-site inspections can. The treaty would leave the United States with a nuclear arsenal that is more than large enough to deter an attack from Russia -- or any other nuclear-armed state.

New START will also bolster ties between the United States and Russia. A cooperative relationship between the two countries is critical to keeping nuclear materials out of the hands of terrorists and to exerting pressure on Iran to suspend its uranium enrichment program.

New START has received overwhelming support from America's national security leadership, including Defense Secretary Robert Gates, Joint Chiefs of Staff Chairman Mike Mullen, six former secretaries of state, and seven former U.S. Strategic commanders. Unfortunately, a few senators, including Minority Whip Jon Kyl (R-Ariz.), are withholding support for New START unless the administration guarantees more funding for the U.S. nuclear weapons production infrastructure.

That makes little sense. Over the next decade, the Obama administration plans to spend $80 billion to modernize the National Nuclear Security Administration's (NNSA) weapons-production complex and refurbish our existing nuclear stockpile.

The White House is also calling for another $100 billion over that time to modernize and maintain strategic delivery systems. If there are additional nuclear weapons program costs or savings down the road, future lawmakers can change the budget.

Other critics complain that New START doesn't require Russia to reduce its stockpile of "tactical," or short-range, nuclear warheads. But no formal arms treaty with Russia has ever tackled tactical nukes.

It would be foolish to risk the progress we've made on long-range nuclear weapons by insisting that the policy for short-range weapons be settled now. And without New START, Russia will never agree to cut its tactical nuclear arsenal.

Further, as Sen. Richard Lugar (R-Ind.) has noted, the vast majority of Russia's tactical nukes are deployed to defend its border with China or are in storage. So they have little impact on the military balance between Russia and the NATO alliance. Since the Reagan administration, every U.S.-Russia arms control treaty has been promptly approved by the Senate with broad bipartisan support.

There's no reason why this accord should be any different. The Senate must approve New START with all due speed.

Avis Bohlen served as U.S. ambassador to Bulgaria and was assistant secretary of state for arms control from 1999-2002. Daryl G. Kimball is executive director of the nonpartisan Arms Control Association.

 

Nuevo tratado estratégico de reduccion de armas nucleares (On nukes, start anew with New START)

Un panel del Senado aprobó recientemente un tratado que podría definir la seguridad nuclear de EE.UU. para la próxima década.

El panel estuvo en lo correcto al hacer eso – y todo el Senado debe confirmar el fallo del panel cuando considere el acuerdo este otoño.

La medida bajo consideración – el Nuevo Tratado Estrategico de Reducción de Armas Nucleares (new START, por sus siglas en ingles) – fue firmado por el presidente Obama y su homólogo ruso Medvedev en abril. Pero no entrara en vigor hasta que el Senado otorgue su consentimiento.

Bajo los términus de New START, Estados Unidos y Rusia podrían reducir sus arsenals de armas nucleares. El tratado también podria fortalecer la posición estadounidense en la lucha mundial contra a proliferacion nuclear.

New START manada que Washington y Moscú reduzcan su desplegado estratégico de arsenales nucleares en un 30% por debajo de sus límites actuales, de aproximadamente 2,200 ojivas* cada uno a no más de 1,550. También requiere a ambos paises reducir su reserva de misiles nucleares de largo alcance y bombarderos a 700 cada uno.

Para asegurarse que ambas naciones cumplan, New START reestableció un sistema de verificación que incluye intercambios de informacion y 18 inspecciones del sitio con propositos multiples anualmente.

El predecessor de New START, START I, venció hace 8 meses. Desde entonces, no ha habido ninguna inspección nuclear estadounidense en Rusia. Las operaciones de inteligencia existents proven un panorama aproximado de las fuerzas nucleares rusas. Pero éstas no pueden suministrar información crucial – como el número de ojivas dentro de un misil determinado – que las inspecciones en el lugar pueden.

El tratado dejaria a EE.UU. con un arsenal nuclear lo suficientemente grande para impedir un ataque ruso – o de cualquier otro estado armado nuclearmente.

New START también reforzaría los lazos entre Estados Unidos y Rusia. Una relación colaborativa EE.UU.-Rusia es crítica para mantener los materials nucleares fuera de las manos de terroristas y para ejercer presión en Iran para suspender su programa de enriquecimiento de uranio.

New START ha recibo un apoyo abrumador del liderazgo de seguridad nacional estadounidense, incluyendo al secretario de Defensa Robert Gates, al presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor Mike Mullen, seis ex secretaries de Estado y siete ex comandantes estratégicos estadounidenses.

Desafortunadeamente, unos cuantos senadores – que incluyen al minoriatrio Jon Kyl – están reteniendo su apoyo a New START a menos que la administración garantice más tinanciamiento a la infraestructura de producción de armas nucleares de EE.UU.

Eso tiene poco sentido. A lo largo de la siguiente decada la administración de Obama planea gastar $80,000 millones para modernizer el complejo de producci´pn de armas de la Admnistración Nacional de Seguridad Nuclear y restaturar nuestra reserva nuclear existente. La Casa Blanca tambien está pidiendo otros $100,000 durane ese tiempo para modernizer y mantener los sistemas estratégicos de entrega.

Si hay costos adicionales o ahorros del programa de armas nucleares durante el transcurso. Entones legisladores futuros podran cambiar el presupoesto.

Otros criticos se quejan de que New START no requiere a Rusia reducir su reserva de ojivas nucleares “tácticas” o de largo aleance.

Pero ningtín tratado formal de armas con Rusia nunca ha afrontado armas nucleares tácticas. Sería tonto arriesgar el avance que hemos logrado en armas nucleares de largo aleance. Al insistir que la politica para armas de corto alcance sea resuelta ahora, y sin New START. Rusia nunca acordara recortar su arsenal nuclear táctico.

Ademas, como el Sen. Richard Lugar ha señalado la mayoria de las armas nucleares rusas son utilizadas para defender sus fronteras con China o estan almacenadas. Así que tienen poco impacto en el balance nilitar entre Rusia y la alianze de la OTAN.

Desde la administracion Reagan cada tratado de control de armas estadounidense-ruso ha sido aprobado sin demora por el Senado con apoyo bipartidista amplio. No hay razón por la que este acucrdo deba sér diferente. El Senado debe aprobar New START con la debida celeridad.

Avis Bohlen fungia como Embajador estadoumidense en Bulgaria y fue Subsecretario de Estado para el control de armas de 1999 a 2002. Daryl G. Kimball es Director Ejecutivo de la Asociación no partidista de Control de Armas. Ambos son expertos destacados en armas nucleares.

* ojiva – cabeza o parte delantera de un proyectil.